16 de febrero de 2010

Los aviones y la vida misma

La vida es, en cierta forma, como un viaje en avión.

El recorrido puede ser variado, pero sabemos que tarde o temprano, bien o mal, termina.

A veces nos tratan como si viajáramos en ejecutiva, en ocasiones estamos apretados como en turista. Incluso, también nos puede tocar el rol de trabajar para quienes están viajando.

Hay momentos de turbulencia. Podemos también andar con calma parte del trayecto.

A veces nos sentimos que vamos en ascenso. Pero también solemos experimentar la descompresión del descenso. Ambos pueden ser bruscos o suaves.

En algunos momentos podemos sentir que nos vamos en picada. Esos segundos son, en nuestra mente y cuerpo, eternos... Sólo nos queda esperar que entre el piloto, la máquina, lo sobrenatural y la suerte logren recuperar el rumbo.

El viaje siempre parece más largo y difícil de lo que es, sobre todo al inicio... Y cuando está por llegar al final nos damos cuenta de su brevedad. Cualquiera que haya hablado alguna vez con alguien consciente de estar cerca de la despedida ha experimentado, de primera mano, esta verdad.

Generalmente no vamos solos, sino acompañados. Si tenemos suerte, compartimos el viaje y la vida con quienes queremos hacerlo. Pero también debemos aceptar los momentos en que nos corresponden otras compañías, desconocidas o no preferidas.

Podemos ir en un avión en el que no nos falte alimento... O viajar (y vivir) con lo justo.

Entre todas las dudas que son parte de mi patrimonio, me queda la del equipaje.

Los egipcios dejaban en la antigüedad víveres para que las momias se los llevaran del otro lado. Nosotros, ¿debemos tener alguna "valija" para nuestro viaje?

Comentario final: Juego de Palabras les agradece que hayan elegido viajar con nosotros en este blog el día de hoy. Sabemos que hay muchas opciones y valoramos su elección. Es una pena que no paguen por leer pero no importa, entre el capitalismo y Murdoch le encontarán la vuelta al asunto. Y quizá, paradójicamente, nos podamos subir al tren de los que cobran por contenidos. Volviendo al tema, esperamos verlos pronto de nuevo con nosotros.

8 de febrero de 2010

Extremos

Hay que decirle no al calentamiento global, para evitar calentarse por todo.

Pero hay que evitar el enfriamento total… porque solamente con calor hay vida y, claro, espíritu para salir adelante.

Debemos reciclarnos permanentemente, para no terminar en la basura.

Pero, a veces, antes que reciclar hay que reusar. Y, también, evitar usar lo que no es necesario.

Hay que recordar que todo gira como en la vuelta al mundo, mientras el mundo da vueltas y algunos quedan patas para arriba.

Algunas veces antes de actuar es mejor dar una vuelta para ver qué pasa. Otras veces, es preferible esperar mientras otros son los que se marean.

La moderación en general está bien, pero los que ganan o pierden son los que se juegan por algo, o por alguien.

A los grises que siempre se quedan en veremos, al final, no los ve ni recuerda casi nadie.

Entonces, si bien en términos generales la guía es evitar los extremos, en particular la recomendación es que, alguna vez, en el momento propicio, juguemos las fichas que nos quedan.

Es muy probable que allá, del otro lado, no las reciban.