29 de julio de 2008

Pausas

Hay momentos en la vida en que uno quiere tener una pausa. La necesita para detener el vértigo, la velocidad.


A veces, aún contra nuestra voluntad, nos cortan el tránsito y nos hacen tomar una pausa obligada.


Otras veces queremos seguir, nadie nos detiene, pero igual suspendemos el trayecto por un instante o mayor lapso de tiempo.


La pausa es en algunos casos silencio, en otros un momento de descanso o de reflexión.


O es el instante exacto que nos reservamos para poder tomar envión.


Como un malabarista a varios metros de altura, sobre la cuerda floja, a mitad de camino. Sin red.


No debemos mirar abajo ni pensar que no llegaremos del otro lado.


Tenemos que mantener el pensamiento positivo.


Si hacemos una pausa, debe ser para seguir con determinación.


Y allí la paradoja: decidimos poner pausa para que nada ni nadie nos detenga.