25 de julio de 2010

Dejar el pasado en el pasado

El pasado tiene presencia, vigencia, influencia y relevancia diferentes para distintas personas.

Algunas se aferran al pasado para no perder la gloria, para no tomar riesgos.

Otras se abrazan al rencor y se congelan en malos recuerdos en lugar de apreciar o buscar el progreso.

Algunas lo rememoran para encontrar las piedras con las que tropezaron y evitar cometer los mismos errores. Aprender de lo sucedido para ser mejores.

Otras revisan la historia para encontrar en ella todo tipo de explicaciones sobre lo que acontece hoy, tanto lo bueno como lo malo. Para estas, las causas, las culpas y las responsabilidades están siempre atrás.

Definitivamente puede haber muchas más actitudes hacia el pasado, que puede también haber tratado de muchas maneras al que lea este texto.

La que más me preocupa es la que tira un ancla negativa en el ayer.

Hay que archivar las broncas y la nostalgia del tiempo pasado y darle lugar a la idea de recomenzar que dicta el refrán "a lo pasado, pisado".

Recordar lo necesario para entender y mejorar, pero lo mínimo indispensable, solamente, para dejar el pasado en el pasado

Para que la mirada esté puesta adelante y no en el espejo retrovisor.

Para dejar atrás esas energías oscuras del ayer, vivir el presente en positivo y lograr un futuro mejor.