17 de septiembre de 2009

El gris del medio

Hay algunos que están siempre en la jugada.

Otros acompañan. A veces se meten en la discusión o solamente siguen por ahí cerquita, por las dudas haga falta su participación.

Están los que siempre tienen algo que opinar.

Y los que reflexionan con calma sobre lo que otros dicen.

Algunos viven en la efervescencia del protagonismo.

Otros prefieren actuar a predicar, y privilegian un perfil bajo.

Mientras algunos están dispuestos a calzarse los guantes en cualquier momento y salirle al cruce al primero que pase por ahí, otros tratan de tomar distancia y dejar que la película avance un poco.

Los combativos afectos al estrellato piensan que para que algo se arregle tienen que meterse en el asunto.

Los idealistas moderados tienen algo de fe en el tiempo y las circunstancias, que van acomodando o diluyendo algunos líos.

Como en la mayoría de los polos opuestos de la vida, ningún extremo es aconsejable. Por eso viene bien que entre los unos y los otros haya muchos matices.
Creo que justo el gris del medio es la mejor de las variantes.


Allí se ubican los que tienen la sabiduría de elegir las batallas apropiadas.

Pueden determinar con gran precisión cuándo son llamados a ocupar el centro de la escena, o cuándo deben esperar a que el río recupere, solito, su propio cauce.