30 de agosto de 2009

Caminos

Hay momentos o etapas en la vida en que tenemos la convicción de que vamos por el camino correcto.

Pero debemos estar atentos: el conformismo puede ocultarnos algunas opciones eventualmente favorables.

En otras fases de la vida estamos confundidos. No sabemos que recorrido seguir. Pensamos que es imposible volver atrás; la indecisión paraliza..

Debemos usar la razón, pero también escuchar a nuestro interior. Tomar una decisión y jugarnos por ella.

Prolongar indefinidamente el análisis no nos lleva a ninguna parte. Y más adelante quizá ya no podamos intentar algunas oportunidades que se nos presentan hoy.

Hay momentos en los que el destino del camino es irrelevante. Abandonamos la búsqueda del resultado y disfrutamos el presente, el lugar y el entorno en el que estamos.

Cuando logramos este estado, el panorama se aclara, cientos de caminos se abren, y sabemos que cualquiera sea el que tomemos, estamos preparados emocionalmente para recorrerlo y vivirlo plenamente, sin preocuparnos por los que no elegimos.

27 de agosto de 2009

Más o menos

Los minimalistas dicen que menos es más.

Los perfeccionistas creen que todo está más o menos.

Algunos sostienen que más no significa mejor.

Otros están convencidos que tener menos alivia la carga y las responsabilidades.

Por el contrario, hay quienes se empecinan en tener cada día más, se obsesionan en acumular y lo que menos tienen en cuenta es pensar para qué lo hacen.

Hay algunos que lo que menos hacen es sumar.

Y otros que suman siempre, por forma de ser.

Los contradictorios o indecisos, a veces con hipocresía, quieren más cuando hay menos, y dicen que es preferible algo menos cuando creen que hay de más.

Los matemáticos y las calculadoras son más pragmáticos. Le buscan la vuelta para reemplazar más por menos y resolver la ecuación con facilidad.

A veces es difícil lidiar con los que no ven el vaso medio lleno y siempre quieren más. Son los pesimistas. Hay días que parecen ser muchos más.

Pero estamos bien. Los optimistas vamos, a paso lento pero seguro, de menos a más.

Y lo sabemos: más vale pensar y actuar en positivo.

20 de agosto de 2009

Tierra y claridad

Es posible afirmar que cuando nuestros pies se ensucian con la tierra que nos vio nacer y crecer, la mente se aclara y ve mejor algunas cosas..

De local, los espejos toman otro rol, de retrato de Dorian Gray o de pasaje hasta un mundo donde todo se entiende con más facilidad, o donde las preguntas por responder son más esenciales.

Es por eso que desde la patria entiendo mejor un comentario sobre mis textos más recientes, rotulados recientemente como "melancólicos".

Es cierto. La distancia hace que los recuerdos sean, como las manchas del tigre, múltiples y confusos. Además, las peripecias del laberinto de la vida nos colocan, a veces, en situaciones más difíciles de entender que algunos de los cuentos de Borges.

Cabe preguntarse si la melancolía es buena o mala.

Creo que si tiene el tono quejoso de un tango, puede ser poética pero en definitiva obstruye la posibilidad del desarrollo personal.

En cambio, la melancolía buena es la que nos permite llegar a identificar quiénes somos realmente, dónde están y cómo son nuestras raíces, reales y virtuales, ya que de ellas dependemos para seguir en pie, y creciendo.

4 de agosto de 2009

Dónde estamos

A veces sabemos exactamente dónde estamos parados, o al menos eso creemos.

En otras ocasiones, estamos en el mismo lugar que estuvimos tiempo atrás, hace décadas o años.

Y nos sentimos igual que cuando pasamos por aquí.

El contraste se da cuando volvemos al punto de partida y vemos cuánto hemos cambiado. El lugar es el mismo. Nosotros ya no lo somos.

A veces volvemos a algún lugar de nuestro pasado para buscar, específicamente, lo que dejamos atrás. Cuando llegamos, eso ya no está. Iguales, parecidos o diferentes, hurgamos en el espacio para tratar de encontrar en la realidad lo que solamente es un recuerdo o espejismo.

Ese es el momento preciso para empezar a considerar si realmente sabemos dónde estamos parados.

Nos preguntamos si es dónde queremos estar.

Nos cuestionamos si es dónde deberíamos estar.

Miramos a nuestro alrededor y buscamos las respuestas.

Si tenemos oportunidad, nos damos cuenta que quizá la única manera de encontrarlas sea indagar dentro nuestro.

Ojalá todos aprendamos a encontrar y entender nuestra esencia, el alma que hace que seamos quienes somos, o quienes creemos ser.

Si lo logramos, tendremos la oportunidad de preguntarle a nuestra alma si sabe dónde está.

Si está donde quiere estar. O donde debería estar.

E, incluso, si quiere estar en otro lado (y si hay tiempo para llegar allí).

Son muchas preguntas. Quizá suficientes... Por eso, ahora me despido, voy a tratar de encontrar algunas respuestas.