17 de mayo de 2009

El filtro de las creencias

Hay quienes dicen ser escépticos o incrédulos, pero hasta ellos creen en algo, y es en la propia definición de sí mismos.

Ellos también caen en la trampa de las creencias.

Como si fuera un colador, nuestra mente tamiza la realidad con el filtro de las creencias.

Cualquier situación externa puede ser percibida de múltiples formas. Cada persona, según el filtro que utilice, podrá argumentar que esa situación es de la manera que más le conviene para reafirmar sus creencias.

Si el tiro pegó en el palo será por culpa de la impericia o la mala suerte, según si uno es racionalista hipercrítico o cabulero, de esos que cruza los dedos para que un penal sea gol, o hace un cuernito para alejar el peligro en el área propia.

Cada uno ve la vida como sus creencias se lo permiten. Ve lo que puede, entiende lo que quiere entender, aunque no se de cuenta de cómo todo lo que percibe lo hace de manera distorsionada.

Esta influencia de las creencias en la forma de ver el mundo y cada situación en particular es lo que hace sumamente difícil que dos personas que tienen creencias muy diferentes se pongan de acuerdo en la lectura de la realidad.

Lo mismo que está ahí afuera es blanco para unos, negro para otros y gris para terceros.

Dicho de otra forma: es muy difícil que varios se pongan de acuerdo en interpretar lo que pasa si vienen desde mundos y creencias diferentes.

A esta confusión sobre lo que “está afuera” se suman los enredos internos que todos tenemos con nosotros mismos.

A veces ni sabemos en qué creemos. O pensamos en algo y estamos totalmente equivocados.

Hagan un repaso de ustedes mismos, amigos y conocidos, y podrán comprobar que muchas veces pasa que…

… los que se creen vivos son en realidad unos giles.
… los que creen que se las saben a todas en realidad no tienen idea de nada.
… los que piensan que tienen la única verdad, no se dan cuenta que las verdades son varias y depende del filtro con que se mire la vida para determinar cuál es “su verdad”.
… los que consideran que están confundidos es posible que sean los que la tienen más clara.
… los que creen que deben hablar más son los que deberían callarse.
…los que creen que el silencio es lo mejor son los que más podrían aportar abriendo la boca.

La lista de desajustes entre creencias propias y conveniencias puede ser larga y hasta interminable… al menos eso creo.

Entre tanta confusión, hay algunas alternativas para mejorar las condiciones para transitar el camino que nos queda por delante.

Primero, tratar de aclararnos a nosotros mismos en qué creemos.

Segundo, darnos cuenta de cómo leemos lo que nos pasa, en función de nuestras creencias.

Tercero, corregir lo que nos esté molestando, flexibilizando un poquito las creencias. Aflojar un poco los nudos de la mente, para que esté más libre.

Cuatro, recordar en todo momento que nadie tiene la verdad absoluta y que, por lo tanto, tenemos que aprender a escuchar a los otros, para entenderlos mejor y llevarnos mejor con ellos.

Si no podemos lograrlo es que tenemos que volver al segundo paso.

Creo que si completamos los cuatro pasos, estaremos ya limpiando el filtro de nuestra mente. Y quién les dice… quizá empecemos a ver lo que antes no podíamos ver porque nuestras creencias lo impedían. Comenzaremos a contemplar el resto de las realidades… como si en un cine nos expandieran la pantalla para ver partes de la película que antes no veíamos.

(Advertencia legal: el texto de este blog no implica una recomendación de acción. Las opiniones del autor de Juego de Palabras no están avaladas por la corporación Juego de Palabras. Aunque todavía no está establecida les anticipamos que la registraremos en un paraíso fiscal, al menos para demostrar que el paraíso existe, porque creemos en eso, pero estamos seguros que no es aquí, ni donde está el que esté leyendo este texto. Todos los derechos reservados. Y las obligaciones también. Salvo el derecho de autor, por eso no nos preocupamos, no creemos que nadie quiera copiar este texto. Las marcas no mencionadas no son propiedad de nadie, lo que significa que son de todos.)

1 comentario:

Valeria dijo...

Que insipirado! si asi empezas la semana no quiero leer como terminas el viernes!!
Besosssssss