11 de febrero de 2008

Llamar la atención

Para llamar la atención, una persona debe destacarse por algo, contar con alguna característica especial, diferente, distinta. Ser o tener definitivamente más, o menos, de cierto atributo físico o metafísico.

Si no logra entrar en esa categoría, también puede llamar la atención a otros, pero en el otro sentido de la expresión. Porque "llamar la atención" también significa retar, regañar, indicarle a un tercero lo que está o hizo mal, o lo que se olvidó de hacer.

No debe llamar la atención que haya personas que sean especialistas en llamar la atención, en los dos sentidos posibles de esta combinación de palabras.

En cualquiera de los dos casos, quienes perciben a quien llama la atención, o quienes reciben el llamado de atención, deben considerar seriamente llamarse a silencio. No vaya a ser que digan algo que no corresponda, y se encienda la llama de la discordia.

Con tantos llamados, algunos no correspondidos, me acordé de una publicidad argentina, vieja, pero exitosísima: la de la "llama que llama". ¿Se acuerdan? Aquí va un link para despertarles la memoria: http://www.youtube.com/watch?v=Ge_dZT75CII

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